Lo primero que hay que tener claro cuál es la función que pretendemos darle. Dónde vamos a colocarlo también es importante tenerlo en cuenta a la hora de elegir un modelo u otro.
Si lo queremos para regar una zona pequeña, podemos optar por usar un modelo pequeño. Estos son muy prácticos, ya que permiten controlar el caudal y la cantidad de agua es mínima y es ideal para regar flores o plantas pequeñas.
Por el contrario, si queremos regar una zona mayor, con plantas más grandes, debemos optar por un modelo de mayor tamaño que acepte más presión agua. Normalmente se trata de uno que permite adaptarse a la cantidad de agua que se necesita para regar.
Además, también es importante que el que vaya a elegir sea fácil de montar, recomendamos que sea de latón o acero inoxidable, ya que estos materiales son muy resistentes y no se pueden dañar con facilidad.